Giovanni da Fiesole, conocido como Fra' Beato Angelico, fue uno de los pintores italianos más importantes de la primera mitad del siglo XV. Trabajó en muchas ciudades - también en Roma, donde está enterrado-, pero es en Florencia donde podemos admirar la mayoría de sus obras, muchas de las cuales se conservan en el Museo di San Marco, el convento donde el famoso fraile pintor vivió durante muchos años. Sus cuadros, de temática exclusivamente religiosa, están llenas de delicadeza, armonía, colores brillantes y, sobre todo, luz: luminosidad y belleza como reflejos de Dios, según la estética de Santo Tomás de Aquino.
Nació en 1395 en Vicchio di Mugello, la misma zona de la que procedía Giotto y donde se encuentra el Museo de Arte Sacro que lleva su nombre (está dedicado a él, pero no conserva obras suyas). Recibió una temprana educación artística en Florencia (en el taller de otro fraile pintor, Lorenzo Monaco), formándose como iluminador y dedicándose sobre todo a la miniatura y decoración de manuscritos. Hacia 1420, se hizo fraile dominico, ingresando en el convento de San Domingo de Fiesole; aquí realizó una serie de obras tempranas, entre ellas el ‘Retablo de Fiesole’ (terminado por Lorenzo di Credi) aún visible en el interior de la misma iglesia, así como la ‘Anunciación de San Giovanni Valdarno’ (Museo de la Basílica de Santa Maria delle Grazie). Su evolución artística está marcada por el predominio inicial de rasgos estilísticos del gótico tardío (la elegancia de las figuras, la ornamentación, los detalles preciados) a la progresiva adquisición del nuevo lenguaje renacentista, principalmente el de Masaccio (monumentalidad de las figuras y nueva concepción espacial).
Como ya se ha mencionado, el mayor número de obras de Angelico se encuentra en el Museo di San Marco, dentro del gran complejo dominico reconstruido en el Renacimiento por Michelozzo encargado por Cosme de' Medici. Es aquí donde vivió y trabajó a partir de 1440 hasta 1445. En la planta baja del complejo, en la antigua hospedería, se encuentra la Sala del Beato Angelico: una extraordinaria colección de obras sobre madera, donde destacan la gran 'Deposición de la Cruz', la 'Madonna dei Linaioli', el 'Juicio Final', el 'Retablo de San Marcos' y el 'Retablo de Annalena'; también cabe mencionar el gran fresco de la 'Crucifixión' en la sala capitular. En el piso superior, subiendo la gran escalinata, nos recibe una espléndida 'Anunciación' pintada al fresco; a lo largo de los pasillos se encuentran las numerosas celdas de los frailes -verdadero corazón del museo- decoradas con pequeños frescos: un trabajo enorme que solo ha sido posible gracias a la obra de Angelico y de su taller en el que trabajaba su discípulo Benozzo Gozzoli. A lo largo del pasillo se encuentra también la 'Virgen de las Sombras', pintada al regreso de Angelico de su primera estancia en Roma (frescos de la Capilla Nicolina del Vaticano) y de su estancia en Orvieto (Catedral, Capilla de San Brizio).
Otra extraordinaria pintura sobre tabla se encuentra en la Galería degli Uffizi: se trata ya de una obra ya de su madurez, la 'Coronación de la Virgen' (1431), una pintura sobre fondo dorado, animada por santos, ángeles e instrumentos musicales que era destinada a la Iglesia de Sant'Egidio (Spedale di Santa Maria Nuova).
Hacia 1450, Angelico volvió de nuevo a Roma, llamado por el Papa Nicolás V, donde murió en 1455; su tumba se encuentra en el interior de la Iglesia de Santa Maria sopra Minerva, Casa Madre de la Orden de los Dominicos. Aunque el apelativo de "Beato Angelico" fue consolidado por Giorgio Vasari, su beatificación no se realizó hasta 1984, cuando fue proclamado Patrón de los artistas, especialmente de los pintores.
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